Se entiende como juego patológico o ludopatía, a la necesidad de apostar cantidades de dinero cada vez mayores para conseguir la excitación deseada, junto al intento de recuperar las pérdidas, a la nerviosidad e irritación cuando se intenta abandonar el juego… que se mantienen por una duración mínima de 12 meses.
Este juego patológico puede desarrollarse tras el uso de máquinas tragaperras, los juegos de azar, las apuestas deportivas… A pesar de que haya una aceptación social y cultural de este tipo de juegos, e incluso su principal finalidad individual sea la del entretenimiento, el juego patológico se considera un problema social, debido al gran impacto en las personas que lo desarrollan y en su ámbito familiar y/o social.
Si realizamos un análisis psicológico sobre las máquinas tragaperras, nos encontramos con el REFORZAMIENTO INTERMITENTE. Dentro del condicionamiento operante (aprendizaje según las consecuencias de nuestras conductas), se encuentran el reforzamiento, que puede ser positivo (si la consecuencia es la aparición de un estímulo apetitivo) o negativo (si la consecuencia es la desaparición de un estímulo aversivo), y el castigo, que también puede ser positivo (si la consecuencia es la aparición de un estímulo aversivo), o negativo (si la consecuencia es la desaparición de un estímulo apetitivo). El efecto que tiene el reforzamiento es el aumento de la probabilidad de emisión de la conducta deseada, y el efecto del castigo es la disminución de la probabilidad de emisión de la conducta indeseada.
En el caso de las máquinas tragaperras, la regularidad del reforzamiento es intermitente, ya que no siempre que se realiza la conducta (meter una moneda) se recibe la consecuencia (ganar el premio), es por ello por lo que nos encontramos ante un programa de reforzamiento intermitente. El hecho de no saber cuándo nos tocará el siguiente premio, y la cantidad del premio en sí mismo, genera una mayor atracción a volver a realizar la conducta.
A pesar de que muchas personas que realizan este tipo de juegos no desarrollen ninguna psicopatología, su desarrollo genera afectación en áreas del funcionamiento psicosocial, dificultades familiares debido a las mentiras recurrentes, así como el fomento del policonsumo de drogas…
Para ello, se comprenden como factores de riesgo, la iniciación temprana del juego como es en la niñez y la adolescencia.
Pérez Fernández, V., Gutiérrez Domínguez, M.T., García García, A. eta Gómez Bujedo, J. (2010). Procesos Psicológicos Básicos: Un análisis funcional. Universidad Nacional de Educación a Distancia.